Ubicada en la calle Agustinas, está la casa natal en la que nació el 2 de abril de 1602 María Coronel y Arana. Nada hacía prever que esa niña de naturaleza débil, y talante taciturno llegaría a ser una de las mujeres más relevantes de la Historia de España, teóloga, mística, misionera en América, confidente del Rey Felipe IV, consejera de nobles y plebeyos, escritora y santa. Tenía 16 años cuando ingresó en la Orden de la Inmaculada Concepción, juntamente con su madre, y su hermana convirtiendo la casa que la vio nacer en convento.
